Es muy común que como padres promovamos molestias, enojos y peleas sin querer hacerlo. O bueno, al menos sin querer hacerlo de manera intencional. ¿A qué me refiero con esto? a que en el fondo siempre hay una intención para actuar de la manera en la que lo hacemos aunque no nos demos cuenta. Aún cuando como padres queramos no hacerlo, sin querer lo hacemos.

Te invito a que estudies la siguiente lista y reflexiones sobre tus actitudes y las ganancias de fondo que obtienes con actuar de esa manera:

Enfocarte en lo que tus hijos han hecho mal. Es como si quisieras encontrar los problemas que existen en lugar de las posibles soluciones.

Estar compitiendo constantemente con ellos.

Utilizar tu enojo mientras estás disciplinando

Atormentar a tus hijos

Dejar que los gritos, las peleas y las malas maneras de contestar se conviertan en un estilo de vida

Tener una atmósfera de pelea en casa

Tomar todas las decisiones por ellos

Exigirles más de lo que pueden dar en la etapa en la que se encuentran

Dejarles de hablar para demostrar tu molestia

Sobreprotegerlos y no demostrar que confías en ellos

Valerte de amenazas para lograr que te hagan caso (por medio del miedo)

Recurrir al enojo para conseguir lo que quieres de ellos

Dejar que vean demasiada violencia

Molestarlos constantemente (como si esto fuera un juego)

Dar más valor a lo material, a las calificaciones y al logro que a tus hijos

Justificar las conductas inapropiadas (tanto tuyas como suyas)

No dejarles que se expliquen cuando cometieron un error

Negarte a hacer las paces

No enseñarle que hacer con su enojo

Utilizar a tus hijos para descargar tus frustraciones

Estás son algunas de las tácticas que sabemos que los padres utilizan porque nos lo han dicho. Sin quererlo, crean una atmósfera que conduce a los malos comportamientos y como de alguna manera cubren necesidades tanto tuyas como de tus hijos, las repiten constantemente. Lo único es que no dan cuenta de que se cubren de manera disfuncional.

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Si notas que alguna de estas forma parte de vida y de tu familia te invitamos a:

Escribir ¿qué ganas tú y que ganan tus hijos al actuar de esa manera? (siempre se gana algo, si no no lo harías)

¿Cuándo aprendiste a actuar así? ¿Por qué se originó? ¿De quién lo aprendiste?

¿Qué puedes hacer para soltar o reemplazar esta actitud?

¿Qué aprendes de ti al reflexionar sobre esto?

¿Cómo quieres que viva tu hijo?

Asegúrate de que crezca feliz y seguro de sí mismo.

Fuente: NIÑOS DE AHORA.

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