Quiero dejar de pelearme con mi hij@ pero… ¿Cómo lo hago?
Todos los días recibimos muchísimos comentarios de mamás y papás que están “batallando” con algún tema con un niño/una niña.
“Claro, soy el padre. El problema es que no me entiende.”
ALTO: Pregunta importante – ¿Y si todo el problema se está detonando por algo que no has entendido TÚ?
¿Qué realmente está sucediendo cuando te enganchas con tu hij@?
Más allá de eso que deseas corregir o lograr con él/ella, una parte de ti está alimentando el problema en lugar de resolverlo. Te voy a pasar un TIP sobre lo que he concluido con prácticamente todos los padres que me traen a sus hijos a consulta:
Ese problema que no logras resolver es un reflejo de un tema inconcluso que tú cargas desde que tenías su edad, o incluso desde que eras aún más pequeñ@.
Lo que está sucediendo es consecuencia de una de dos:
1- Estás repitiendo lo que a ti te hicieron, cuando tenías su edad.
2- Estás evitando repetir lo mismo, pero no identificas cómo sí actuar (porque el tema no está solucionado en ti), y acabas enganchándote de cualquier forma.
“Entonces, ¿qué hago conmigo?”
¡Ahora sí! Ya te estás haciendo la pregunta correcta.
De seguro te ha pasado que vas manejando y cuando estás cambiando de carril, aparece un coche “de la nada”, ¡justo a tu lado! Así como en la calle, en nuestro subconsciente tenemos zonas ciegas, partes de nosotros que difícilmente podemos ver sin ayuda.
Este ejercicio te ayudará a trabajar con tu zona ciega y a llegar a una solución muy efectiva, tanto para ti como para tu hij@. La próxima vez que se te presente la oportunidad, sigue estos pasos:
1- APÁRTATE. En el momento en que te das cuenta, cierra la discusión, tómate un momento para estar contigo y ver hacia dentro.
2- INTROSPECCIÓN. “Regresa” al momento de la discusión. Pregúntate: ¿De qué edad me siento? ¿Qué emociones se disparan? ¿De dónde vienen, y hacia quién realmente están dirigidas? Es posible que te recuerdes en alguna escena similar con uno de tus padres (o ambos). ¿Hicieron lo mismo que tú haces ahora? ¿Qué sientes al “verlos” así? ¿Cuál es tu impulso – huir de la escena, gritarle, pelear, desaparecer, explotar…? No juzgues, ni a ti ni a ellos, no intentes cambiar nada, sólo observa y date cuenta.
3- FANTASÍA NEGATIVA. ¿Cuál es el miedo que está alimentando el problema? Completa esta frase: “Si mi hij@ no cambia, tengo miedo de que ___suceda.”
4- PUNTO CIEGO. ¿Cuál es la necesidad que hice a un lado en mí? ¿Cuál es la necesidad de mi hij@ que ahora no estoy viendo o tomando en cuenta?
5- TRABAJO PERSONAL. ¿Cuál es la lección que necesito aprender, que esta situación con mi hij@ me está regalando? ¿Qué necesito cambiar en mí? ¿Puedo hacerlo sol@, o necesito ayuda?
6- SOLUCIÓN CREATIVA. ¿Qué puedo hacer con mi hij@ desde un lugar de amor, no desde el miedo?
Puedes tener muchas técnicas y estrategias para la paternidad. Pero si no trabajas y resuelves los temas de FONDO, lo que hagas con tu hij@ lo va a lastimar y a limitar.
Trabajar contigo mism@ es el mayor y mejor acto de amor que puedes realizar – tanto para ti como para tu hij@. No hay una “receta universal” que funcione en todos los casos. Pero cuando estrechas puentes comunicación con tu propio mundo interno, te abres gradualmente a tu vasta riqueza interior. Y de repente, te encuentras hablando con él/ella como nunca antes lo habías podido hacer… ahora le comprendes, porque te estás comprendiendo a ti.
Compártenos, ¿con qué te enganchas con tu hij@? A partir de este ejercicio, ¿de qué te das cuenta? ¿Qué harás distinto? Tus insights son de ENORME valor para esta comunidad de padres!
COMPARTE este mensaje. Ayuda a que otros padres sanen sus heridas para ser padres más conscientes y efectivos.
Con amor,
Luis Carlos y Gaby
P.D.: Tus hijos aprenden más de tu ejemplo que de tus palabras. Lo que haces HOY, repercutirá en su vida para siempre.
Fuente: NIÑOS DE AHORA.
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