Mucha responsabilidad podemos tener nosotras como madres al educarlos y permitir ciertos comportamientos en nuestros hijos.
Sé que nuestros hijos son lo máximo, que son los mejores del mundo. Eso es lo que sentimos desde el fondo de nuestro ser y es una verdad absoluta en todas las madres.
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De esto a la realidad hay mucho trecho, aunque nos duela siempre habrá alguien mejor, pero no ante nuestros ojos y esto está bien, no afecta en nada. Lo que llega a afectar es cuando estos sentimientos los sembramos en nuestros hijos desde pequeños y vamos criando a niños que se creen superhéroes que son invencibles ante la vida.
Existen diferentes razones por las cuales nuestros hijos comienzan a sentirse superiores a los demás y al mismo tiempo nuestra actitud permite ciertas circunstancias en ellos promoviéndoles este tipo de comportamiento, como:
Ser demasiado permisivo
Disculpas las faltas o conductas inapropiadas de tu hijo
Te molesta que te den quejas de tus hijos, sin detenerte a pensar que pueda ser que tu hijo realmente haya hecho algo malo
No dejas ni siquiera que te den alguna queja, te molestas y te cierras a escuchar
Responsabilizas a tu hijo de lo malo que pueda suceder en su alrededor
Justificas su mala conducta solapando que siga comportándose así
No crees cuando te dicen que tu hijo es agresor, no escuchas y no aceptas que esto sea verdad
Es común que los niños se comporten de diferentes maneras en el hogar y en el colegio, te lo digo como maestra y mamá, niños que son callados, obedientes, respetuosos en un lugar y en el otro son todo lo contrario.
Es por eso que cuando nos dicen alguna conducta incorrecta en nuestros hijos y en casa se portan muy bien, es cuando dudamos de que sea cierto y no queremos aceptar lo contrario, además que nuestro amor de madres nos ciega.
Y cuando somos mamás gallina que sobre protegemos a nuestros hijos y a pesar de saber que no siempre se comportan del todo bien, nos llegan quejas y las ignoramos porque no queremos aceptar que nuestros hijos pudieran tener problemas de conducta o que sean agresores y lastimen a otros niños.
Simplemente es algo que no aceptamos, así es que, tampoco vamos a hacer algo por solucionarlo, grave problema pero muy cierto.
Lo que nos puede guiar es nuestro instinto de madre, muy en el fondo ese instinto nos va a decir cuando nuestros hijos tengan una conducta reprobable. Otro punto clave para darnos cuenta, es que recibamos quejas de diferentes personas o espacios en los que se desarrollen nuestros hijos.
Nosotros debemos estar muy cerca y vigilar su conducta, con los ojos bien abiertos y con una mentalidad clara que nos pueda decir si es cierto cualquier comentario que haya llegado a nuestros oídos.
Detectando el problema y aceptando el que puedas tener un hijo buleador, debes tomar cartas en el asunto y acudir con algún especialista para que los oriente y sepan cómo corregir su conducta.
No creo que quieras que tu hijo crezca con ese tipo de conductas, lo mejor es buscar ayuda profesional y poner todo de su parte como familia y así lograr salir victoriosos.
Es algo difícil de aceptar, pero tenemos la responsabilidad de corregir las conductas negativas
en nuestros hijos, te darás cuenta que con tu apoyo y amor no será imposible.
Fuente: DISNEY BABBLE.
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