Cada vez son más los niños que presentan un importante cuadro de ansiedad y estrés. El exceso de tareas en el colegio, las clases extraescolares, las exigencias de la misma sociedad o, incluso, la mala alimentación, hacen que nuestros peques se vean empujados hacia una vorágine de prisas y metas ficticias que les provoca más de una angustia.
Este estrés, que resulta especialmente negativo en su sistema nervioso y mental, también tiene graves consecuencias en su salud bucodental, al menos así lo asegura la experta en ortodoncia, la doctora María Moya, asegurando que ese estrés que nuestro niño padece a lo largo del día, se manifiesta durante el sueño a través del bruxismo, es decir, una presión continua e inconsciente de las mandíbulas lo que hace que las piezas dentales se desgasten, además de sufrir dolores de cuello o cabeza.
Pero el estrés y la ansiedad también puede provocar otra serie de problemas periodentales como el sangrado de las encías que puede derivar en gingivitis. Esta inflamación se puede volver crónica provocando serios dolores en la boca del niño, especialmente con el cepillado.
Pero también el estrés provoca otros problemas dentales como la caries. Según los datos que manejan los expertos, resulta ser la segunda causa de este problema, tras la acumulación de placa bacteriana. Cuando estamos estresados, aumenta la acidez de la saliva y, por lo tanto, ataca más el esmalte de los dientes y la capa que lo protegen. Herpes, boqueras o mal aliento también están asociados con el estrés.
Es importante que los niños cumplan con las revisiones dentales a lo largo de su desarrollo para que el dentista lleve un control de cualquier problema que pueda presentarse. Y, por supuesto, ante cualquier síntoma de estrés, lo mejor será intentar buscar una solución vital más relajada y tranquila.
Fuente: BLOG INFANTIL.
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