Cuando nuestro hijo mayor no estaba bien, un psiquiatra nos dio un gran regalo. Nos contó sobre un experimento que se llevó a cabo en Inglaterra.
Había un simple ritual que las madres de niños enfermos conducían todas las noches. Cuando el niño se quedó dormido, esperaron la fase activa del sueño y luego pronunciaron estas simples palabras a su hijo:
“Te amo. Estoy orgulloso de ti. Me alegra que seas mi hijo. Eres el mejor para mí.”
Los resultados fueron comparados con otros niños que habían recibido el mismo diagnóstico, pero cuyas madres no les susurraban nada durante la noche. Los niños que recibieron las declaraciones amorosas de sus madres se recuperaron mucho más rápido. Esa es la magia de las palabras de una madre.
Decidimos probarlo de inmediato. Era fácil, barato – en realidad, era gratis, a diferencia de otros tratamientos – y siempre a la mano. Entonces empecé a improvisar. Ya han pasado cinco años, y todavía susurro diferentes palabras a mis chicos casi todas las noches.
¿Cual es el resultado?
-El sentimiento de intimidad. No puedo comparar este sentimiento con nada. Abrazo a cada uno de ellos y les digo cosas que son importantes para nosotros ambos.
-Tiempo uno-a-uno con cada niño. Nuestra rutina diaria no me da tiempo individual con mis hijos. Pero estos momentos por la noche son especiales.
-Puedo decirles algo importante. A veces la abundancia de información u otras circunstancias pueden hacer que se comporten mal, y esto complica nuestra comunicación. Pero por la noche, cuando susurro en sus oídos cuánto los amo, todas las peleas y duros sentimientos desaparecen.
-Los niños sienten amor. Leí que debemos decirles a nuestros hijos una frase importante: “¿Sabes que si pudiera elegir entre todos los niños del mundo te hubiera elegido?” Cuando le dije a mi hijo por primera vez eso, estaba tan emocionado y sorprendido al mismo tiempo que no podía dejar de repetir: “¿Yo, de veras? Es cierto que es tan importante que los niños sientan que sus padres los aman como son y que son especiales.
Hay tal cosa en la terapia de la constelación como “frases permisivas”: frases que decimos que pueden cambiar nuestra percepción del mundo. Por lo general, las palabras son simples – sobre el amor, la aceptación, el arrepentimiento. Me di cuenta de que, si dices tales frases a tus hijos por la noche, muchos problemas se resuelven.
Las frases que suelo decir:
-“Yo soy tu madre y tú eres mi hijo.” Esto puede ayudarte si no sientes una conexión emocional con tu hijo.
– “No tienes que hacer nada por mí. Te amo de la manera que eres”. Se trata de encontrar tu propio camino en la vida.
-Papá y yo te queremos mucho. Eres nuestro hijo.
-Eres como tu padre. Tu padre es el mejor papá para ti.
– “Lo siento.”
– “Te amo.”
¿Cómo elegir estas frases?
Puedes probar diferentes frases para entender cuál de ellas tu hijo y u necesitan. Me di cuenta de que si elijo una frase que es importante para mí en ese momento, causa un suspiro de alivio. Y si les digo a mis hijos lo que necesitan oír, reaccionan de la misma manera.
Lo principal de todas estas frases es que no debes decirlas automáticamente. Para que tus palabras funcionen, debes ser sincero.
No te olvides de decirle a tus hijos que los amas durante el día, sin ninguna razón, sólo porque puedes hacerlo. Abrázalos, bésalos, acarícialos. Estos son los momentos que recordarán para toda la vida.
¿Qué podría ser más simple y más mágico que estas palabras contadas desde el corazón de una madre amorosa?
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