Hoy te compartimos algunas frases que hemos escuchado y que nunca deben decírsele a un hijo.
Me atrevo a decir que lo mayoría de los padres (si no es que a todos) les ha sucedido alguna vez que sus hijos los saquen de sus casillas. Esa ocasión en la que están contestones sin razón aparente, que simplemente no hacen caso o simplemente estás agotado y te agarraron en tus 5 minutos de intolerancia.
Si bien es normal que suceda, no es recomendable que reacciones. Por qué? Pues la respuesta es fácil, al hacerlo puedes engancharte, explotar y en última instancia puedes hacer mucho daño sin querer hacerlo.
Por eso, en esos momentos en los que te sientas frustrado es importante que tengas cuidado de no decir frases con ira que dañen su autoestima, recuerda que tu hijo necesita palabras que lo aliente y le ayude a crecer.
Hoy te compartimos algunas frases que hemos escuchado y que nunca deben decírsele a un hijo
1) Date prisa o te dejo aquí: Un niño pequeño no entienden el tiempo como el adulto. Hacer esto puede aumentar el temor a ser abandonados (uno de los miedos más grandes del ser humano).
2) Nunca haces lo que te pido: Esta frase es muy común, pero no real. Te puedo asegurar que tu hijo te ha hecho caso alguna vez, por tanto decir “nunca” no es adecuado. Si tu hijo recibe este tipo de frases constantemente, empezará a sentir que no puede hacer nada bien o que no vale la pena intentar hacer lo que le piden ya que no va a ser reconocido.
3) ¿Por qué no eres más como tu hermano?: Las comparaciones son odiosas y dañinas. Generan rivalidad entre los hermanos, limita sus expectativas y afecta negativamente su autoestima y su seguridad. Recuerda que cada niño es diferente. Un hilo único e imprescindible dentro del tapiz que llamamos humanidad.
4) No soporto a tu papá: Los niños no deben oír hablar mal de sus padres. No es sano orillarlos a tomar partido. Recuerda que ama y necesita a sus dos padres.
5) Ojalá no hubieras nacido: No existe circunstancia alguna que justifique este tipo de comentarios. Por más enojado, frustrado o impotente jamás le digas a tu hijo que no lo quieres en tu vida. El sentirse rechazado es una de las situaciones que más dañan a un niño.
Como adultos, nuestro papel más importante es ayudarles a potenciar su magia especial, esos recursos tan importantes para que tenga una vida equilibrada de adulto y que sepa como amarse a sí mismo ys er incondicionalmente felíz. Se vale enojarse, pero … se vale hacerle daño con nuestras palabras?
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Fuente: NIÑOS DE AHORA.
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