Vamos a hablar de un error en la manera de comunicarnos que es muy frecuente en la relación de pareja, pero que también se produce cuando queremos negociar o defender alguna necesidad ante alguien. Es más frecuente cuanto más cercana y mayor es la confianza. Pero ¿Cuál es ese error?
Voy a darle algo más de misterio. Digamos que el error del que hablamos va a producir grandes conflictos y la sensación de que los demás deberían cambiar y no lo hacen. Cuando se comete este error se tiende a juzgar a las personas como injustas y se tiene la sensación de que no te entienden. Así pues parece que es importante detectarlo y hacer algo para cambiarlo.
Entonces, ¿quiere saber cuál es ese error? Ya casi. Tiene que ver con la empatía. A veces creemos que cuando alguien nos dice algo que nos molesta, podremos hacer que entienda qué es lo que nos ha molestado sin decírselo. Queremos que empatice con nosotros y que él solo se percate de lo que nos incomoda. Podemos intentar que el otro se dé cuenta siendo agresivos o sólo sutiles, pero siempre con el deseo de que sea el otro quien lo entienda y cambie. Un ejemplo en la relación de pareja que tiene que ver con las familias de cada uno:
– “Yo este año paso de ir al cumpleaños de tu madre”.
– “¿Y eso por qué?
– “Tú este año no quisiste venir al cumple de mi hermano. No veo porque tengo que dejar de hacer otras cosas por estar con tus padres este fin de semana”.
La idea que hay de fondo es que no queremos conflictos, y esperamos que el otro nos lo ponga fácil cambiando algo que los evite, o que aprenda por medio de nuestro comportamiento o frases, a no comportarse de una manera que nos ofenda.
Démosle un nombre a este error: empatía inversa o empatía negativa: Te fastidio para que te pongas en mi lugar. La frase que puede definir este comportamiento es: “si no te gusta lo que te estoy haciendo, entonces no me lo hagas tú”. La verdad es que al escribirlo me parece una frase aplastante e irrebatible. Claro que el otro no lo percibe del mismo modo. Lo que recibe es otra frase: “No me fastidies. Si no quieres perder no me tientes. Te voy a hacer sentir mal y así sabrás quién es el que tiene razón, y quién gana en esta lucha”. Es decir, que se establece una pugna por tener razón e imponer al otro su verdad. En absoluto se potencia la empatía sino el conflicto.
Si no te gusta lo que te estoy haciendo, entonces no me lo hagas tú
La empatía inversa está centrada en un modo de comunicación “agresivo pasivo“, en el que esperamos que los demás nos entiendan gracias a la presión que ejercemos sobre ellos. La fantasía que está detrás es la de que comunicándonos de este modo la tensión será menor y los conflictos es posible que no se produzcan si el otro hace lo que tienen que hacer, o deja de comportarse de la manera que no nos gusta. Digo que es una fantasía porque en la práctica estos comportamientos generan tensiones y muchos malos entendidos, rara vez los evita. En lugar de evitar conflictos los potencia cargando de razones y enfado a cada una de las partes.
La manera de combatir la empatía inversa es usando la asertividad. Hay que definir las necesidades afrontando que el otro se moleste o no entienda la petición. Conocer las principales técnicas asertivas y afrontar correctamente los conflictos garantiza mayor tranquilidad en la relación de pareja.
¿Usted comete este error? ¿Suele expresar lo que piensa?¿Espera a que el otro sea quien lo entienda? Cuéntenos su estrategia o sus dificultades. Nos interesa conocerlas. Comparta este artículo en sus redes sociales. Ayúdenos a difundir la psicología.
Fuente: GABINETE DE PSICOLOGÍA.
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