Somos las personas las encargadas de realizar los cambios pertinentes en nosotros cuando la vida nos presenta situaciones que no nos agradan. En dicho sentido, si vivimos este tipo de circunstancias (a priori indeseables) es debido a que, en algún momento, en algún lugar de nosotros, las hemos generado o hemos contribuido a su cristalización en nuestra vida.
Seamos realistas: Las cosas no surgen porque sí. Vivimos en un universo donde todo tiene un sentido de ser. Por ello, en este artículo quiero brindarte la posibilidad de que comprendas que tu prosperidad está directamente influida por una serie de factores internos que comprometen su permanencia en tu vida en la medida que no despiertas tu conciencia sobre ellos. Descúbrelos a continuación.
La Prosperidad es, ante todo, una actitud de generación de valor positivo, confianza, conciencia y bienestar que reflejas en tu vida. Y en ella hay implícitos muchísimos matices que enriquecen su calidad y cómo ésta se materializa en tu vida.
Desde un enfoque más espiritual podríamos aseverar que la Prosperidad es una energía principal que sostiene, hace fluir y une de forma sinérgica otras energías como la abundancia, la vida y la conciencia. Dependiendo de cómo tú generas una actitud constructiva y próspera (nunca mejor dicho) hacia la vida, el resto de energías se suman enriqueciendo la calidad con la que vives tus procesos personales.
En este artículo te presento la posibilidad de que trabajes y madures activamente la relación que mantienes con tu capacidad de generar prosperidad desde ti en tu vida y en la de los demás. Obtendrás claves interesantes acerca de cómo patentizar una actitud más centrada en los postulados que le dan un sentido constructivo a la prosperidad y cómo expandir lo mejor de ti desde acciones más conscientes.
Todo el mundo quiere más prosperidad en su vida, pero ¿quién está dispuesto a cambiar lo que limita su capacidad de generarla con plena conciencia?
El primer ejercicio tiene el objetivo de hacerte consciente de cómo tú mismo estás ahogando tu capacidad de ser próspero a través de unas sencillas preguntas. Unas cuestiones que van directamente al grano, sin rodeos e invitándote a adentrarte en tus propios enredos para que los desanudes conscientemente.
Posteriormente, el segundo ejercicio se destina a hacer visibles las consecuencias de no tener tu prosperidad bien anclada, firme y consciente en tu vida. De esta manera podrás comprender cómo tus creencias limitantes de la prosperidad generan situaciones que te alejan de conseguir tus objetivos y vivir en plenitud.
El último ejercicio te llevará a que practiques tus creencias empoderadoras relacionadas con la prosperidad y la relación que guardas con ella. De esta forma te percatarás de cómo tu papel a la hora de diseñar tus propias programaciones te dará la autonomía necesaria para hacerte cargo de tu propio proceso de empoderamiento.
Para comprobar hasta qué punto estás aportando valor y prosperidad a tu vida te animo a que revises las siguientes cuestiones.
La prosperidad no puede fluir en tu vida si te resistes a seguir manteniendo el dolor, el miedo y la frustración como motores de tu propia existencia. La prosperidad es una energía que fluye, que te invade, que circula a través de ti desde una actitud positiva, enérgica, constructiva. Como habrás podido imaginar, la prosperidad que puedes generar en tu vida a través de una visión abierta, flexible y positiva es muchísimo más acaudalada que la que generas desde una perspectiva obtusa y destructiva. Cuidado con esas fidelizaciones conscientes o subconscientes al dolor y al sufrimiento: a veces pueden ser silenciosas, pero infinitamente destructivas de tu prosperidad.
Me refiero a creencias y programaciones subconscientes que cercenan tu capacidad de albergar prosperidad. Son las fronteras que te separan de hacer vibrar una vida llena de abundancia en cada ámbito que vives. Te enumero algunas.
Como he mencionado con anterioridad, la prosperidad no tiene por qué centrarse en la capacidad que tienes para ganar dinero sino en tu capacidad para generar algo positivo en tu vida y en la vida de los demás. Seguro que hoy mismo has tenido oportunidades de crear algo desde ti que sea positivo y empoderador para ti mismo o para alguien. Puede ser una desde una mirada amable y reconfortante a una persona que necesita apoyo hasta atreverte a soltar un hábito nocivo para ti y comprometerte contigo mismo a no retomar lo que te hace daño. Todo ello también te puede dar pistas de hasta qué punto te comprometes por generar prosperidad en tu actitud y tus acciones más cotidianas.
El dinero es solamente un elemento material que compone el mapa completo de tu abundancia y tu prosperidad. Define ideas, conceptos, frases que hayas oído o que tú mismo dices relacionadas con la cantidad de dinero que mereces por tu trabajo, que quieres tener en tu cuenta bancaria o tal vez qué estarías dispuesto a realizar por generar un flujo de dinero que te permita vivir cómodamente. Realiza este ejercicio con honestidad, con una visión interior y una responsabilidad que te acerque a tu verdad interior.
En adición a ello me gustaría compartir contigo que la prosperidad no alude únicamente a la cifra de dinero que deseas acumular en tu billetera sino también en la responsabilidad de la gestión del mismo. Por ello, échale un vistazo a cómo te relacionas con tu capacidad de emplear tu dinero con sabiduría e inteligencia. Seguro que podrás encontrar algunas claves que complementarán el ejercicio que te sugiero.
No es más próspero quien más da o quien más recibe en una relación de intercambio. La prosperidad se halla en aprender a fluir en ese equilibrio dinámico con flexibilidad, conciencia y respeto por uno mismo. Ser próspero también implica saber merecer lo mejor y estar dispuesto a recibir y agradecer lo que el prójimo tiene que ofrecerte desde su generosidad. Recréate en recordar circunstancias en las que no hayas afinado en esta práctica y plantéate los porqués de tu comportamiento. ¿En qué se basa? ¿En la educación que has recibido? ¿En frases que oías de tus profesores? El objetivo no se halla en echar la culpa sino en hallar el origen de lo que te sucede para poder transformarlo posteriormente.
Para facilitarte la práctica del ejercicio anterior, a continuación te presento una lista de evidencias que reflejan una mala relación con tu capacidad de generar valor, conciencia y prosperidad, al fin y al cabo. El objetivo con la siguiente lista de amplificar tu visión personal para que puedas observar cuáles son los agujeros por los cuales se cuela tu prosperidad. Si te fijas, muchos de ellos están fundamentados en creencias limitantes de la prosperidad.
La prosperidad encuentra su optimización natural cuando el cauce por el que transcurre a través de tu universo de creencias empodera su esencia. A continuación, te invito a repasar algunas creencias empoderadoras que enriquecen la calidad de la prosperidad cuando ésta fluye a través de tus pensamientos y emociones subconscientes.
En este ejercicio, encuentra y diseña de manera personalizada las creencias potenciadoras que te gustaría programar en tu mente para poder materializar una vida mucho más consciente, próspera y valiosa tomando la responsabilidad de aquello para lo que quieres programarte. Este ejercicio requiere pausa, conciencia, responsabilidad e interiorización así que tómate tu tiempo y no te dejes llevar por la euforia que puedes experimentar.
El verdadero poder de cualquier herramienta de Cambio De Creencias reside precisamente en la conciencia que cada persona puede llegar a despertar acerca de qué es lo que le sucede y dónde está el origen de esa circunstancia. De nada sirve realizar una reprogramación de creencias que no goza de un análisis consciente previo.
Las creencias empoderadoras anteriores son únicamente ejemplos de creencias programables a nivel profundo en nuestra psique para automatizar una realidad en base a un proceso de cambio. No obstante, todos tenemos un inmenso universo de creencias, códigos y creencias tanto personales como familiares y que dejan una marca de agua única dentro de nuestro mecanismo de pensamiento. Por tanto, el proceso de cambio de creencias debe ser acompañado, asesorado y ser contemplado desde un punto de vista completo, abierto, que pueda ir a la raíz de la generación de los límites que obstaculizan que la persona pueda materializar los cambios que pretende mediante esta herramienta.
Estos sencillos ejercicios para aumentar la prosperidad tienen la finalidad de hacerte partícipe de tu proceso de cambio a través de darte cuenta cómo tú mismo generas la realidad que vives de manera consciente y subconsciente. Te permiten dar unos pequeños pasos en la generación de una nueva realidad que empieza a partir del momento en que tú decides cambiar tu vida. La clave se halla en si te quieres responsabilizar de forma fiel de todo tu proceso de mejora. Piénsalo, ponte en marcha y cuéntamelo.
Fernando Ángel Coronado
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