La humanidad en ciertos tiempos siempre ha estado ante inmensas épocas en su historia, donde el colectivo estuvo ante los portales de las siguientes dimensiones y luego tuvo que ya sea pasar a través de este portal, o fue dejado atrás.
Ya sea que esto haya sucedido durante las civilizaciones antes de Lemuria y la Atlántida o después, siempre ha habido tiempos en los que hubieran podido alcanzarse las sendas más elevadas y los estados evolucionarios más elevados, pero luego las tendencias autodestructivas que han atormentado a la humanidad desde el primer tiempo reemergieron.
Por consiguiente, se ha declarado que esta vez no se permitiría que esto sucediera. Se declaró que esta vez se activarían suficientes trabajadores de la Luz para que pasaran a través de estos portales, y luego trajeran las octavas necesarias de elevación que permitieran que la Nueva Tierra se asentara verdaderamente sin interferencia externa.
Por lo tanto, un gran número de seres que estaban altamente evolucionados se ofrecieron como voluntarios para asistir al planeta durante esta nueva época y asegurar el pleno anclamiento y florecimiento de la Nueva Era Dorada.