Todos los niños se mueven, pero qué pasa cuando sientes que ya es demasiado
Desde que mi hija nació, empecé a notar que era muy demandante de contacto y atención. Tenía que traerla en el rebozo o fular, mientras hacía mis actividades diarias para que se mantuviera tranquila o durmiera un poco más. Fueron muy pesados los primeros meses y conforme iba creciendo me di cuenta que tenía una necesidad de movimiento constante.
Los niños que repiten todo, son más inteligentes
Al principio me preocupé mucho porque como maestra, sabía que muchas veces los niños que parecen no estar quietos pueden tener TDAH (Trastorno por déficit de atención e hiperactividad), pero con el paso del tiempo fui descartando esta posibilidad.
¿Cómo diferenciar a un niño inquieto de uno con TDAH?
Las características de un niño con TDAH son (según el DSM-V):
Tiene dificultad para organizar tareas y actividades
Evitan situaciones que exigen una dedicación personal y concentración (por ejemplo, tareas de papel y lápiz)
A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades y suelen tratarlos sin cuidado
Parece que tienen un motor dentro, no paran de moverse en todo el día
Éstas características deben persistir todos los días, todo el día por al menos 6 meses y el trastorno debe ser diagnosticado por un equipo multidisciplinario capacitado para ello, incluyendo a médicos y psicólogos.
Los niños inquietos, sólo tienen la necesidad de moverse mucho, pero esto se debe más que nada a su estilo de aprendizaje que suele ser del tipo kinestésico, o sea que necesitan experimentar con su cuerpo para apropiarse de conocimientos. Los problemas de conducta se pueden manejar con reglas y límites en la casa y en la escuela. Ahí radica la diferencia.
Tips para canalizar la energía de niños inquietos
Rutinas. Lo que me ha funcionado con mi hija que no para en todo el día es establecer rutinas para que anticipe lo que va a pasar durante el día y la noche. Especialmente a la hora de dormir, aunque diga que no tiene sueño, sabe que todas las noches hacemos lo mismo. Los primeros días tardaba en conciliar el sueño porque quería seguir jugando, pero después de unas semanas se ha acostumbrado y se duerme temprano.
Actividades motrices y sensoriales. Durante el día, procuro que tenga actividades que cubran su necesidad de movimiento y de estimulación sensorial: bailamos, cantamos, jugamos con plastilina y otros materiales. Ahora estamos en clase de gimnasia y le ha ayudado mucho.
Canciones. Cantar y cantar durante todo el día le ha ayudado a relajarse en los momentos que necesita estar quieta, como cuando vamos en el coche o a la hora de la comida. La música en sí es un buen recurso para los niños inquietos.
Esto es lo que me ha ayudado a guiar a mi hija inquieta en sus actividades diarias
Fuente: DISNEY BABBLE.
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