Nadie puede garantizarnos que por seguir nuestra intuición vayamos a tomar las decisiones más exitosas. No obstante, lo que sí conseguiremos es un aspecto igual de importante: actuar de acuerdo a nuestras esencias, valores, emociones y valoraciones obtenidas de acuerdo a nuestras experiencias previas. Daremos un paso con adecuado equilibrio interior.
Uno de los máximos entendidos en esta materia es el sociólogo y ensayista Malcolm Galdwell. A través de sus estudios nos demuestra cómo agentes de bolsa, médicos, psicólogos, publicistas, mecánicos o amas de casa son capaces tomar decisiones acertadas en muy pocos segundos. ¿Estamos entonces ante un tipo de poder que va más allá de las capacidades psíquicas ordinarias? En absoluto, te lo explicamos a continuación.
La intuición forma parte de lo que se conoce como “inconsciente adaptativo”. Cada cosa aprendida, sentida, interiorizada, pensada y experimentada crea un poso de sabiduría única y particular que nos define. Es nuestra esencia, es un “capital mental” que usamos casi sin darnos cuenta cada día.
El poder de la persona intuitiva reside en saber usar este capital como canalizador. El buen intuitivo sabrá separar todas las ramas del bosque para encontrar el camino en medio de la encrucijada. Porque decidir es al fin y al cabo el arte de descartar, y lo creamos o no, la intuición es una herramienta formidable.
Cómo desarrollar nuestra inteligencia intuitiva
Antes de saber cómo podemos potenciar nuestra inteligencia intuitiva, es posible que te preguntes por qué deberíamos hacerlo y qué utilidad tiene. Bien, para ello hemos de recordar cómo funciona la inteligencia tradicional, es decir, mediante la reflexión y el procesamiento más lógico.
Gracias a Howard Gardner sabemos que existen muchos más tipos de inteligencia y que todas son igual de útiles. La inteligencia intuitiva, por su parte, nos va a permitir aflorar nuestra conciencia y nuestras emociones para poder tomar decisiones más rápidas, o al menos, permitirnos disponer de ese otro tipo de información “más íntima” para poder contrastarla con un punto de vista más racional o co
La intuición se siente más que se piensa. Por ello, es necesario saber escuchar nuestras emociones, entender qué acontece en nuestro mundo interior para encontrar la calma y el equilibrio.
Para concluir, la inteligencia intuitiva puede entrenarse cada día siempre y cuando nos permitamos ser más libres de pensamiento y, a la vez, receptivos a nuestras emociones.
La intuición no es solo cosa de mujeres, todos disponemos de esas ráfagas de luz mental, de esas corazonadas que nos guían hacia un opción muy concreta que al final, puede ser la acertada. Vale la pena dejarnos guiar por ellas, por ese lenguaje tan especial…
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