Por supuesto que los hombres sufren, inclusive lloran sus penas, sin embargo, tienden a exteriorizar sus sentimientos y emociones mucho menos que las mujeres… Es cierto que las mujeres contamos con todo un sistema hormonal y una sensibilidad que nos hace llevar la bandera si de drama se trata, pero en términos generales es bastante equitativa la relación de sufrimiento a la que está expuesto cada ser.
Los hombres tienden a avergonzarse de mostrarse dolidos, humillados, decepcionados o engañados, mostrar su dolor los hace sentirse vulnerables. El no poner en funcionamiento los mecanismos de drenaje naturales del ser humano, donde liberamos determinadas hormonas, los hace incrementar aún más su pena, tratando en contra parte de colocarse una fachada y buscando unos métodos de sanación por demás perjudiciales para lo que va a ser su evolución como persona.
El comportamiento del hombre en cuanto a la exteriorización de sus emociones está muy vinculado a la crianza y a la formación dentro de una sociedad donde el machismo aún tiene alta aceptación y participación, donde se les inculca a los varones cosas como: Los niños no lloran, llorar es cosa de niñas, etc, etc, etc.
Pero la realidad es que los sentimientos están allí, una ruptura amorosa afecta tanto a hombres como a mujeres, el duelo en cualquiera de sus formas o un detalle como escuchar a un hijo llamarlo papá por primera vez, puede quebrar la coraza y hacer exteriorizar estos sentimientos emociones con lágrimas incluidas.
En términos generales el hombre suele utilizar más su cerebro izquierdo lo que le aleja un tanto de la realidad sensorial, de señales que le indican que se acerca por ejemplo a una ruptura, de indicios claves que lo podrían preparar emocionalmente para evitar una pérdida o bien para afrontarla… Luego cuando ocurre les toma por sorpresa y el sufrimiento puede ser incluso mayor que el de la mujer. En su poca práctica manejando sus sentimientos dentro de su esquema mental es muy común ver a un hombre recién separado saliendo con otra persona e inclusive firmando un divorcio y un matrimonio casi de forma simultánea.
Esto no es más que una muestra del mal manejo de los sentimientos, de las emociones, del sentido de pérdida e inclusive del miedo al dolor y al vacío que ha “dejado atrás”. Es poco común que el hombre luego de pasar por una ruptura amorosa pueda conscientemente hacer una retrospección y reconocer su responsabilidad real en lo que desencadenó en una separación, luego no existe mucho crecimiento, no hay lección y probablemente en poco tiempo se vean pasando por un dolor similar por no saber canalizar sus sentimientos, sanar sus heridas y procesar las pérdidas de la mejor manera.
Si eres un hombre el que lee esta entrada te recomiendo observar y aceptar tus sentimientos, tratar de no colocarte una coraza, los sentimientos no están casados con un género, eres libre de sentir, sufrir y llorar lo que quieras ante una determinada situación, rompe con los mitos absurdos de la sociedad y dedícate a crecer como persona y para ello es necesario que seas tú, sin fachadas… Y si eres una mujer, acepta que los hombres tienen una forma particular de expresar sus sentimientos, que muchas veces puedes apoyarlos para que se sientan más cómodos y sin necesidad de una herida puedan aflorar ese lado más sensible, que nos hace inclusive tener una mejor conexión con ellos.
Fuente: RINCON DEL TIBET.
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