Nos enseñan desde pequeñitos que el amor llegará un día montado en un corcel… que es un príncipe, generalmente azul, lleno de hermosas cualidades y que cuando se presente no conocerás la tristeza porque de ahí en adelante todo será felicidad… ¿Mentira? Depende… Creo que todo es verdad, excepto en que quizás buscamos a ese príncipe en el lugar equivocado.
Deambulamos por la vida sintiéndonos infelices e incompletos. Esperamos que venga otro ser a completarnos y a darnos la tan ansiada felicidad y cuando creemos haberlo encontrado por fin, a poco andar nos sentimos decepcionados porque en realidad no era lo que anhelábamos.
Seguimos buscando y a muchos se les va la vida en esa búsqueda y jamás encuentran ese gran amor…
Y los que al fin lo encontramos, nos recriminamos por no haber sido capaces de verlo si estaba ahí… justo en la punta de nuestra nariz y no fuimos capaces de olerlo ni verlo…
El gran amor de nuestras vidas viene de nosotros hacia nosotros mismos y no es narcisismo sino la realidad de nuestra existencia terrenal: Venimos vivir una experiencia tridimensional acá en la Tierra con el único fin de aprender a amarnos ya que solo así podemos ascender y llegar a amar a los demás… Y no es una fase cliché, sino la gran realidad, ya que amarse significa, primero conocerse, luego aceptarse en todo lo que somos, sin negar nuestras miserias y comprendiendo nuestra humanidad imperfecta…
El amor es incondicional así que nuestro amor hacia nosotros mismos debe estar por sobre toda limitación humana… Amarse es comprender que somos el resultado de un cúmulo de experiencias adquiridas desde el momento en que nacemos y que no podemos renegar de ninguna de ellas, por dolorosas que hayan sido, porque todas esas experiencias han forjado el ser humano que eres hoy.
Cuesta amarse… No resulta nada fácil este trabajo de aprender a amarnos a medida que nos vamos conociendo con nuestras luces y sombras… Muchos creen que amarse es ir a la peluquería y al spa cada semana y regalonearse cuidando su cuerpo… pero esas mismas personas al llegar a casa se dejan ofender y pisotear por un hombre que las desvaloriza y las llama tontas o les saca en cara que viven a expensas de ellos…
Amarse va mucho más allá que mimar al cuerpo sino que es mimar al alma… Amarse es la aceptación total… Amarse es amar tus ojos, tu pelo, tu sonrisa, tu infancia, tu presencia y ausencia de cualidades, tus experiencias pasadas, tus aciertos, tus errores…
Si me amo no le entrego el poder a “otro” para que sea el dueño de mi felicidad. Si me amo mi alegría y mi tristeza no dependerán de los demás… Si me amo seré consecuente con mis actos… Si me amo procuraré ser feliz cada día de mi vida…
Tú no eres un ser incompleto… No necesitas la compleción de otro porque tú lo tienes todo muy dentro de ti…
Por eso, a todos quienes buscan desesperadamente al amor de sus vidas les digo que dejen de buscar allá afuera porque no está en el exterior… ese amor que te hará feliz es aquel que viene desde tu interior y te procuras tú mismo y que eres capaz de volcar hacia todos los actos de tu vida…
Cuando te enamores profundamente de ese SER que eres tú irradiarás tanta armonía y felicidad que es muy probable que aparezcan montones de príncipes y principesas invitándote a salir y tú, quizás tendrás que rechazarlos porque estarás muy ocupado viviendo un intenso romance contigo mismo…
Aprende a amarte… Nunca es tarde para empezar a darnos aquello que siempre hemos anhelado…
Fuente: SINCRO-DESTINO
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