¡Mi hijo no obedece!

Tú Hijo debe identificar lo que es un Límite.

Si constantemente te preguntas por qué tu hijo es tan desobediente y no sabes cómo actuar, aquí algunas respuestas.

Llegaste al límite. Cada vez que le pides algo a tu hijo no te obedece. Ya intentaste todo pero nada da resultado y te sientes tan frustrada que en tu escenario sólo existen dos opciones: o tu hijo tiene un problema o has fracasado como madre.

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En tu desesperación te preguntas: “¿por qué mi hijo es así?”. Aquí las posibles respuestas:

En la búsqueda de su identidad y personalidad, está poniendo a prueba tu autoridad para saber hasta dónde puede llegar y cuál será la consecuencia de sus actos
Quiere llamar tu atención. Estamos tan al pendiente de lo que hace mal pero no de lo que hace bien, por lo que prefiere la primera opción.

Es distraído. No escucha lo que le pedimos porque está haciendo otras cosas.
No comprende lo que le estamos pidiendo. Recuerda ser coherente en este punto y sólo pedirle a tu hijo cosas que su edad le permita.

Está acostumbrado a que nosotros acabamos haciendo por él lo que le pedimos.

Cualquiera que sea la causa, la desobediencia es algo “normal” en el desarrollo del niño. Sin embargo, esto no quiere decir que tengas que resignarte a que no te obedezca.

Y entonces te estarás preguntando: ¿cómo puedo hacer que mi hijo obedezca? Lamentablemente, no existe una fórmula mágica que te ayude a lograrlo, pero sí puedes tomar en cuenta los siguientes consejos para hacer que cambie su actitud:

La próxima vez que le pidas algo a tu hijo hazlo sin gritos, ponte a su altura y pídeselo con una voz clara y tranquila pero firme. No discutas con él.
Muéstrate comprensiva. Trata de ponerte en su lugar y explícale por qué debe hacer lo que le estás pidiendo.

Establece límites claros. Déjale en claro lo que sí y lo que no se puede hacer y háblale de las consecuencias de un acto.

Actúa de inmediato si no obedece. Las llamadas de atención serán sólo 3. Si las reglas están puestas y has hablado con él de las consecuencias, cúmplelas.

Sé un buen ejemplo para tu hijo. Sé consecuente con lo que dices y tú también sigue las reglas.
Refuerza su buen comportamiento. Las conductas se mantienen o desaparecen según las consecuencias. Si obedece de inmediato, exprésale lo contenta que estás.

Acuerda los límites con tu pareja y haz que se respeten por todos los integrantes de la familia: papás, abuelos, tíos, etc.

Pero, sobre todo, recuerda que el amor es la mejor herramienta para educar y guiar a nuestros hijos.

Fuente: DISNEY BABBLE.

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