Curación a través de la Mente

Curación  a través de la mente
(Un Curso de Milagros)

(El método se aplica al irse a la cama por la noche)

1) Situar a la mente en una modalidad curativa, seguidamente mientras duermas, tu mente trabajará en la curación del cuerpo, el Espíritu Santo, desempeña el papel más importante.

2) Debes pensar en el Espíritu Santo y unirte a él, antes de desconectar, no lo hagas pesadamente, solo invítalo a unirte a ti.

3) Pensar en la zona dolorida y recordar que el dolor, así como el propio cuerpo es un proceso mental (el dolor no es un proceso físico), tú eres el que está pensando este dolor en tu sueño, no es verdadero dolor, es un dolor onírico y tu eres el soñador, el dolor está en tu mente, como la totalidad del sueño, y si está en tu mente, puedes cambiar de opinión al respecto.

4) Cuando tengas muy claro que es un proceso mental, dite a ti lo mismo que dice el curso: “La Mente Que  está libre de culpa no puede sufrir” dejar transcurrir un par de minutos cuando lo hayas asumido, dite a ti mismo: “Soy Inocente y Dios me ama Incondicionalmente” lo único que Dios quiere hacer, es cuidar de ti para siempre, porque Dios sabe que eres tan inocente como él mismo. Imagínate uniéndote a Dios y extendiéndote al infinito, eres ilimitado, estás libre del cuerpo y Dios cuida de
ti por completo.

5) Visualiza la luz blanca del Espíritu Santo, que viene hacia ti y te rodea, en un minuto o dos, esta luz curativa no solo te rodea, sino que te atraviesa por completo. El amor del Espíritu Santo, está absolviendote de cualquier culpa inconsciente que desconozcas y puedes confiar en que serás curado, no estás solo en esto, el Espíritu Santo te ha declarado inocente.

6) A continuación cuando estés preparado puedes irte a dormir en el amor curativo del Espíritu Santo (haz esto durante 30 noches y mantente abierto a la posibilidad que el dolor sea de la mente y no tenga nada que ver con el cuerpo, ya que la mente es la que manda información al cuerpo).

7) Después de practicar la curación y el perdón (Siempre sobre la causa nunca el efecto) se debe dejar la situación en manos del Espíritu Santo y soltarla, no debes tener apego al resultado, como a nada de este mundo.